Playa Los Marineros - En el extremo sur de Las Salinas, junto a la Escuela de Armamentos de la Marina Nacional - At the south end of Las Salinas, next to the Escuela Armamentos de la Marina Nacional. Siempre muchísimo tío muy apetecible, joven, carne de muy buena calidad. Always very appealing young guys, meat of good quality.
Aunque en el recinto se asegura que se trata de una playa como cualquier otra y destinada a todos tipo de público, lo que confirma la variedad de grupos que asiste diariamente, al mismo tiempo la presencia de varones jóvenes sólos o en pareja, con cuerpos esbeltos, bañados en aceites bronceadores y luciendo ajustados trajes de baño (principalmente "zungas"), deja en evidencia que es uno de los lugares preferido por los gays en Viña del Mar.
Se trata de la playa ubicada al final del sector denominado Los Marineros, pasado el paseo de Los Cañones de la avenida Jorge Montt, y que llega hasta el peñón que la separa del tradicional balneario de Las Salinas.
El recinto tiene las mismas características de los demás recintos ubicados a lo largo de toda esa área costera. Existe un quiosco que expende bebidas helados y golosina; existe el arriendo de quitasoles y sillas de playa y hay sombrillas con techo de totora.
Por supuesto, también se cuenta con un salvavidas, con su respectiva silla en altura, quien está atento para actuar en caso que se registre alguna emergencia.
Sus accesos puede ser por el sector de la avenida Jorge Montt, o bien a través de un camino que se extiendo a lo largo de ese sector costero.
AMBIENTE
Como suele ocurrir en esta temporada, hasta el lugar llegan numerosas personas en un afán de esparcimiento.
En una mirada general al área no se advierte algo muy especial. Luego, al observar con más detención, además de algunos grupos familiares, incluyendo niños, se advierte la presencia de varones, principalmente jóvenes a los que, por su manera de vestir y actuar, los delata su condición de gays.
Por lo general, están sólos o en pareja. Los primeros van con el afán de establecer alguna amistad. Los otros disfrutan de la compañía mutua, contemplan el mar y doran sus cuerpos bajo el sol, para lo cual utilizan en forma abundante los aceites bronceadores. Sus trajes de baños son ajustados y pequeños, pero sin llegar a ser escandalosos.
Casi nadie se baña en el mar. Esto, debido a que se trata de un lugar peligrosos por las rompientes que se dan en el lugar.
Aunque hasta hace algunos años, cuando los gays comenzaron a concurrir a esa playa, se pensaba que era "exclusiva" para este grupo de personas. Incluso, según se dijo, ellos mismos así lo creían.
Pero, por disposiciones legales vigentes, en nuestro país no existen las playas privadas.
Además, por existir en el lugar una concesión, principalmente de orden comercial, las normas las impone el encargado del sector. Esto, principalmente, en resguardo de contar con un buen número de concurrentes que se puedan transformar en usuarios de los servicios y ventas que efectúa en el área.
BAJO CONTROL
Mauricio Reyes, el salvavida oficial del sector, es uno de los personajes claves en el lugar. El es el encargado de hacer respetar las normas básicas de sana convivencia, para que hechos irregulares o anormales no afecten a quienes van en busca de un sano y tranquilo esparcimiento.
El salvavidas, aunque no niega que hasta el lugar llegan numerosos gays, especialmente los sábados y domingos, es enfático en señalar que "aquí las personas que vienen, de cualquier condición u opción sexual, deben ceñirse a las normas dispuesta para el sector".
Explicó que, debido a que también van muchas personas ajenas al mundo gays, a éstos se les exige el respeto por los demás. "Esto se les ha hecho ver a ellos. A pesar que aquí no se discrimina a nadie, se les pide recato. Debido a que vienen también grupos familiares con niños, ellos no pueden estar besándose o acariciándose frente a las demás personas. Eso pueden hacerlo en privado. Por eso, en caso de advertir alguna situación anormal o extraña, yo me encargo de advertirles y recordarles las normas. Y, por lo general, ellos son muy respetuosos y nadie se queja de su presencia".
Nataly Cisternas, salvavidas reemplazante, también señaló que "es cierto que vienen gays, pero no es exclusiva de ellos. Las demás personas no se incomodan. Las parejas de varones se notan por su trajes de baño. Son más ajustados".
SIMPLES CLIENTES
Jorge Apablaza, vendedor de chuchuflís, y quien recorre diariamente el lugar, junto con confirmar también la presencia de gays en el área, dijo que para él eso no tiene relevancia.
"Para mi son simple clientes. No hago diferencias. Además, son personas como cualquier otra, tranquilas y no provocan problemas. A la demás gente tampoco le incomoda su presencia. Existe respeto mutuo. Todo es normal", dijo.
María Cepeda, una joven que llegó al lugar acompaña de otras amigas ratificó lo anterior. "No importa si vienen o no gay a esta playa. Me da igual, mientras no creen problema, lo que, según se, no ha ocurrido".
Mientras un joven de zunga azul le aplica bronceador a su compañero en la espalda, y luego éste le retribuye de igual manera esa acción, en las proximidades un grupo familiar disfruta serenamente y sin mayor preocupación de un soleado día de playa.
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